Densitometría Ósea | Qué es y por qué hacerse una prueba
La Densitometría Ósea es una técnica que permite medir la densidad de calcio que tienen los huesos. Es una prueba muy útil para detectar la Osteoporosis de forma precoz, y también sirve para evaluar la respuesta al tratamiento en las personas que la padecen. Es una técnica fácil de realizar por su rapidez, coste y comodidad para el paciente, ya que no es dolorosa ni requiere ingreso en el hospital.
La osteoporosis se presenta principalmente en personas a partir de los 50 años de edad y en especial aquellos que tienen factores de riesgo como el consumo excesivo de sal, café y fibras, en las personas sedentarias, es decir que no realizan actividad física rutinariamente, en los que consumen alcohol y tabaco con frecuencia.
Los síntomas más comunes de la osteoporosis son los dolores de huesos, dolor en la región lumbar (cintura), dolor de cuello, pérdida de estatura, fracturas producidas sin mayor traumatismo.
Porqué hacerse una prueba de Densitometría Ósea
La densitometría es una prueba beneficiosa para valorar la pérdida de densidad ósea, producida por la pérdida excesiva de calcio en los huesos, el riesgo de fractura o la respuesta al tratamiento médico.
El conocer si tienen deficiencia de calcio en los huesos, es fundamental para valorar el inicio de tratamiento temprano y prevenir futuras fracturas en la cadera, muñeca y la columna principalmente.
Quienes deben hacerse la prueba de densitometría
Las personas con factores de riesgo son las llamadas a someterse a esta prueba, por tanto, los que se deben someter a esta prueba son:
- Pacientes mujeres o varones mayores de 60 años con dolores óseos.
- Mujeres postmenopáusicas con síntomas moderados a severos, sin tratamiento hormonal y con poco consumo de estrógenos
- Mujeres postmenopáusicas que fumen o hayan fumado a lo largo de su vida, ya que el tabaco acelera la pérdida de calcio en los huesos.
- Hombres y mujeres con enfermedades que asocien pérdida ósea (mieloma múltiple, diabetes, enfermedades del riñón o del hígado…).
- Personas mayores que tengan antecedentes en su familia de fractura de cadera o columna vertebral.
- Personas que consuman medicamentos que provoquen pérdida de calcio en el hueso (corticoides, antiepilépticos, alcohol, etcétera).
- Personas que padezcan hiperparatiroidismo, una enfermedad donde la hormona paratiroidea está elevada y hace que los huesos liberen el calcio que tienen hacia la sangre.
- Personas que hayan tenido una fractura en cualquier parte del cuerpo después de un golpe no muy fuerte, lo que nos hace sospechar que tienen los huesos demasiado frágiles.
- Niños que padezcan enfermedades genéticas que afecten a la formación del hueso, como la osteogénesis imperfecta.
El procedimiento es seguro y con muy poca radiación, dura aproximadamente 20 minutos y no necesita preparación previa.
Las complicaciones en la densitometría ósea son prácticamente inexistentes. Sí es verdad que al utilizar rayos X, siempre hay un riesgo asociado a la radiación y que por eso se deben tomar las precauciones habituales en este tipo de pruebas, como sucede en las radiografías de tórax o en el TAC, especialmente si la mujer que se somete a la prueba puede estar embarazada.
Sin embargo, la dosis de radiación es mucho menor que en las pruebas rutinarias de rayos X y sus complicaciones teóricas son mucho menos importantes.
Al contrario que en otras pruebas radiológicas no es necesario utilizar protectores de plomo contra la radiación en ningún caso, ya que los órganos especialmente sensibles (tiroides, testículos u ovarios) no reciben rayos X directamente.
Si buscas hacerte una prueba, puedes ver los horarios de nuestra especialidad de densitometría ósea.