Se calcula, a nivel mundial, más de 23 millones de personas con demencia, cifra que llegará a 42 millones en el 2025.[1] El deterioro cognitivo, en general, y las demencias en particular, constituyen a escala mundial un problema de salud pública, pues afectan fundamentalmente entre 5-15 % de la población anciana. Se calcula que, en la actualidad, más de 24 millones de personas en el mundo padecen de demencia, cifra que previsiblemente se duplicará cada 20 años hasta superar los 80 millones en el 2040.[2] Por otro lado, se ha señalado un aumento progresivo de casos de Delirium en la población mayor de 65 años, con cifras que oscilan entre 10% y 56%, asociándose a una mortalidad con rangos entre 10% y 65%[3] [4]. Pero, ¿A que llamamos demencia en los adultos mayores? ¿Qué origina la demencia senil? ¿Qué es el Delírium? ¿Cuál es la diferencia entre delirio y demencia en la salud mental?, a continuación, absolvemos estas y otras interrogantes.
¿A que llamamos demencia en los adultos mayores?
El concepto más amplio de demencia, de acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), plantea que esta es una merma global de las funciones cerebrales superiores adquiridas, que abarcan las funciones de la memoria, la capacidad de resolver problemas cotidianos, la ejecución de habilidades sensitivo-motoras y sociales, las funciones del lenguaje y la comunicación, así como la función de control de las reacciones emocionales, sin perturbación marcada de la conciencia. Este proceso casi siempre es progresivo.[5]
¿Qué origina la demencia senil?
La demencia senil se origina principalmente por el daño o la pérdida de las células nerviosas y sus conexiones en el cerebro, lo que afecta funciones como la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Este daño puede ser causado por diferentes enfermedades y condiciones, siendo las más frecuentes:
- Enfermedad de Alzheimer: Es la causa más común, responsable de la mayoría de los casos de demencia senil.
- Demencia vascular: Debida a problemas en el flujo sanguíneo cerebral, como accidentes cerebrovasculares, lo que provoca una nutrición deficiente de las neuronas.
- Demencia con cuerpos de Lewy: Caracterizada por la acumulación de proteínas anormales (cuerpos de Lewy) en el cerebro.
- Demencia frontotemporal: Relacionada con el deterioro de los lóbulos frontales y temporales del cerebro.
- Enfermedad de Parkinson: Puede evolucionar hacia demencia en etapas avanzadas.
Otros factores y condiciones que pueden contribuir o desencadenar demencia senil incluyen traumatismos craneales, tumores cerebrales, infecciones del sistema nervioso central, enfermedades metabólicas, deficiencias vitamínicas (como falta de vitamina B12), consumo excesivo de alcohol y uso de ciertos medicamentos.
El envejecimiento es el principal factor de riesgo, pero la demencia senil no es una consecuencia inevitable de la edad, sino el resultado de enfermedades y condiciones que afectan el cerebro.
¿Cuáles son los síntomas de la demencia senil?
Los síntomas de la demencia senil son variados y suelen aparecer de manera gradual, afectando principalmente la memoria, el pensamiento, el comportamiento y la capacidad de realizar actividades cotidianas. Entre los más frecuentes se encuentran:
- Pérdida de memoria: Olvido de eventos recientes, citas, nombres de personas conocidas o repetición de preguntas.
- Confusión mental: Dificultad para concentrarse, pensar con claridad o tomar decisiones.
- Desorientación espacial y temporal: Perderse en lugares familiares, no saber qué día, mes o año es, o cómo regresar a casa.
- Problemas de lenguaje: Dificultad para encontrar las palabras correctas, comprender conversaciones o expresar pensamientos.
- Dificultad para realizar tareas cotidianas: Problemas para cocinar, vestirse, bañarse o manejar las finanzas.
- Cambios de personalidad: Irritabilidad, apatía, depresión, ansiedad o cambios bruscos de humor.
- Alucinaciones o delirios: Ver o escuchar cosas que no existen, o creer cosas que no son reales.
- Pérdida de interés en actividades habituales: Desinterés por hobbies o tareas que antes disfrutaban.
- Problemas de movilidad y coordinación: Torpeza, dificultad para caminar, pérdida de equilibrio o cambios en la forma de caminar.
- Aislamiento social: Dificultad para interactuar con otras personas o mantener conversaciones.
- Conductas inapropiadas: Actitudes fuera de lugar o comportamientos extraños.
- Insomnio o cambios en el patrón de sueño: Dormir más o menos de lo habitual.
Estos síntomas pueden variar en intensidad y pueden agravarse con el tiempo. Es importante consultar a un especialista si se observan cambios significativos en un adulto mayor.
¿Qué es el Delírium?
El delirio (o delirium) es un síndrome neuropsiquiátrico agudo y reversible que se caracteriza por una alteración brusca del estado mental, afectando principalmente la conciencia, la atención y las funciones cognitivas.
Suele aparecer de manera rápida, en horas o días, y está relacionado con una disfunción cerebral temporal provocada por factores como enfermedades médicas graves, infecciones, deshidratación, desequilibrios químicos, uso o suspensión de medicamentos, consumo o abstinencia de drogas y alcohol, cirugía, o falta de sueño.
El delirio puede ser reversible si se trata la causa subyacente, pero debe considerarse una emergencia médica debido a su potencial gravedad
¿Qué causa el Delírium?
El delirio (delirium) es un síndrome agudo y reversible causado por múltiples factores que alteran el funcionamiento cerebral. Las causas más frecuentes incluyen:
- Enfermedades físicas o mentales agudas: Cualquier enfermedad grave puede desencadenar delirio, especialmente si afecta el aporte de oxígeno o nutrientes al cerebro, o si provoca la acumulación de toxinas.
- Infecciones: Infecciones urinarias, neumonía, sepsis, meningitis, entre otras, son causas comunes, sobre todo en adultos mayores.
- Deshidratación y desequilibrios electrolíticos: Pérdida de agua y sales minerales, como sodio o calcio, pueden provocar confusión y delirio.
- Medicamentos: El uso, la sobredosis o la abstinencia de ciertos fármacos (sedantes, opioides, anticolinérgicos, psicotrópicos, etc.) pueden causar o empeorar el delirio.
- Abstinencia o intoxicación por alcohol y drogas: La abstinencia de alcohol puede provocar delirium tremens, y el consumo o abuso de drogas también puede desencadenarlo.
- Cirugía y anestesia: La cirugía, especialmente en adultos mayores, y el uso de anestesia general pueden ser factores precipitantes.
- Falta de sueño grave: La privación de sueño puede contribuir al desarrollo de delirio.
- Otras causas: Retención urinaria, impactación fecal, dolor severo, enfermedades autoinmunes, envenenamiento, cáncer avanzado y trastornos metabólicos también pueden ser responsables.
El delirio suele ser multifactorial, especialmente en personas mayores o con enfermedades previas, y requiere atención médica urgente para identificar y tratar la causa subyacente.
¿Cuáles son los síntomas del Delírium?
Los síntomas del delirio (delirium) son variados y suelen aparecer de manera aguda y fluctuante. Los principales síntomas incluyen:
- Alteración de la conciencia: Reducción de la consciencia del entorno, dificultad para concentrarse, quedarse pensando en una idea o tendencia a la distracción.
- Desorientación: Confusión sobre el tiempo, lugar o personas; no saber dónde están ni quiénes son.
- Problemas de memoria: Olvido de acontecimientos recientes, dificultad para recordar información.
- Dificultades en el lenguaje: Habla incoherente o sin sentido, problemas para hablar o recordar palabras, dificultad para comprender el habla.
- Cambios conductuales y emocionales: Ansiedad, miedo, desconfianza, depresión, irritabilidad, euforia, falta de interés o emoción, cambios repentinos en el estado de ánimo.
- Alteraciones perceptivas: Ver cosas que otras personas no ven (alucinaciones), malinterpretar la realidad (ilusiones).
- Cambios en el nivel de actividad: Puede haber agitación, intranquilidad, combatividad, gritos, o bien lentitud, quietud y somnolencia (en adultos mayores especialmente).
- Alteraciones del sueño: Inversión del ciclo sueño-vigilia, insomnio nocturno y somnolencia diurna.
Los síntomas tienden a empeorar por la noche y en entornos desconocidos, y pueden variar en intensidad a lo largo del día.
¿Cuál es la diferencia entre delirio y demencia en la salud mental?
La diferencia principal entre delirio y demencia en la salud mental se basa en el inicio, la duración, las causas, la afectación cognitiva y la evolución de cada trastorno:
- Inicio:
Delirio: Aparece de forma repentina, en horas o días, y suele estar relacionado con una causa médica aguda (infección, medicamentos, deshidratación, etc.).
Demencia: Comienza de manera gradual, a lo largo de meses o años, y suele deberse a enfermedades crónicas del cerebro como el Alzheimer.
- Duración y evolución:
Delirio: Suele durar días o semanas y, si se trata la causa subyacente, es reversible.
Demencia: Es crónica, progresiva y generalmente irreversible.
- Afectación cognitiva:
Delirio: Principalmente afecta la atención y la conciencia; la persona tiene dificultad para concentrarse y mantenerse alerta.
Demencia: Principalmente afecta la memoria y otras funciones cognitivas como el pensamiento, el lenguaje y la orientación.
- Nivel de conciencia:
Delirio: Hay un deterioro variable de la conciencia y la atención, con fluctuaciones a lo largo del día.
Demencia: El nivel de conciencia permanece intacto hasta fases avanzadas.
- Necesidad de atención médica:
Delirio: Es una emergencia médica que requiere intervención inmediata.
Demencia: Requiere atención médica, pero no es una urgencia, salvo complicaciones.
Para sintetizar, el delirio es un trastorno agudo, reversible y que afecta sobre todo la atención y la conciencia, mientras que la demencia es una enfermedad crónica, progresiva e irreversible que afecta principalmente la memoria y otras funciones cognitivas.
[1] Mondéjar Barrios MD, Junco Martínez GJ, Hernández Martínez N. Intervención educativa a cuidadores de pacientes con demencia de Alzheimer del área norte de Morón. Mediciego [internet]. 2011 [citado 7 ene. 2013];17(Supl. 1):[aprox. 5 p]. Disponible en: http:///bvs.sld.cu/revistas/mciego/vol17_supl1_%202011 /articulos/t-8.html
[2] Samper Noa JA, Llibre Rodríguez JJ, Sosa Pérez S, Solórzano Romero J. Del envejecimiento a la enfermedad de Alzheimer. Rev Haban Cienc Méd [internet]. 2011 jul.-sep. [citado 7 ene. 2013];10(3):[aprox. 6 p.].
[3] Inouye SK. The dilemma of delirium: clinical and research controversies regarding diagnosis and evaluation of delirium in hospitalized elderly medical patients. Am J Med 1994; 97: 278-88.
[4] nouye SK, Charpentier PA. Precipitating factors for delirium in hospitalized elderly patients: predictive model and interrelationship with baseline vulnerability. JAMA 1996; 275: 852-7.
[5] Guerra Hernández MA, LLibre Guerra JC, Perera Miniet E. Síntomas psicológicos y conductuales en pacientes con demencia. Rev Haban Cienc Méd [internet]. 2009 ene.-mar. [citado 12 feb. 2014];8(1):[aprox. 9 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729 -519X2009000100018&lng=es&nrm=iso&tlng=es