El Cáncer de Colon, también llamado colorrectal, se desarrolla en el intestino grueso o en el recto. Existen diferentes factores que aumentan el riesgo de padecerlo. Algunos de ellos son antecedentes familiares de este tipo de cáncer, antecedentes personales de pólipos, estilo de vida, edad, enfermedad inflamatoria intestinal, entre otros.
Esta enfermedad puede detectarse de forma temprana, lo que significa que es potencialmente tratable. Se hace por medio de diversos exámenes, con los cuales se pueden identificar crecimientos anormales (pólipos) antes de que se conviertan en cáncer. Estas pruebas se realizan en personas que no presentan ningún síntoma o signo. Usualmente, a partir de los 50 años o antes, dependiendo del riesgo que tenga la persona de desarrollar cáncer colorrectal.
Exámenes para la detección precoz del Cáncer de Colon?
Aunque existen diferentes pruebas para detectar esta enfermedad, estas se dividen en dos grupos principales: de heces fecales y visuales. Te contamos en qué consiste cada una y qué opciones hay.
Pruebas de heces fecales
Este tipo de exámenes analiza el excremento para identificar algún signo de cáncer. Se caracterizan por ser fáciles de hacer y por ser menos invasivas. Sin embargo, es necesario realizarlas con frecuencia. Algunas de estas pruebas son:
- Prueba inmunoquímica fecal (FIT): se hace para identificar si hay sangre oculta en la materia fecal. Los vasos sanguíneos más grandes de los pólipos son frágiles y con el paso del excremento pueden lesionarse fácilmente y liberar sangre.
- Prueba de sangre oculta en heces basada en guayacol (gFOBT): este examen también detecta sangre oculta en el excremento. Lo hace a través de una reacción química, pero de forma diferente a la prueba FIT.
- Prueba de ADN en las heces fecales: se encarga de identificar la existencia de secciones anormales de ADN provenientes de células de pólipos o del cáncer. Con frecuencia, estas células contienen mutaciones en ciertos genes y pueden llegar al excremento.
Pruebas visuales
Se trata de exámenes con los que se puede observar la estructura del interior del colon y del recto. De este modo, es posible detectar anormalidades que pudieran ser pólipos o cáncer. Este tipo de pruebas se hacen con menor frecuencia que las de heces fecales. Algunas de ellas son:
- Colonoscopia: consiste en una evaluación de toda la extensión del colon y el recto. Se realiza con un colonoscopio, un tubo flexible con el grosor aproximado de un dedo, con una luz y una pequeña cámara de video.
- Colonoscopia virtual: es un tipo avanzado de tomografía computarizada en la que se emplean rayos X. Sin embargo, no toma una sola imagen, sino muchas. Posteriormente, una computadora las combina todas para obtener una visión detallada de la zona sometida al estudio.
- Sigmoidoscopia flexible: es una prueba en la que el médico observa parte del colon y del recto con un sigmoidoscopio. Este es un tubo similar al colonoscopio, pero que solo permite llegar a la parte inferior del colon, por lo que es menos invasivo.
Cada uno de estos exámenes tiene sus propios beneficios y riesgos. En cualquier caso, será el médico especialista quien recomendará una prueba u otra. Si buscas una clínica para descartar esta y otras enfermedades, recuerda que puedes reservar tu cita en Policlínico Risso en el momento que quieras. ¡Contáctanos!
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